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Distinciones entre la función ejecutiva y la red cerebral subyacente para los rasgos insensibles y sin emociones y los problemas de conducta en adolescentes

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Autor/autores: Drew E. Winters , Jules R Dugré , Joseph T. Sakai...(et.al)
Artículo revisado por nuestra redacción
La complejidad de las alteraciones en la función ejecutiva (FE) en jóvenes con fenotipos antisociales—especialmente aquellos con rasgos insensibles y poco emocionales (CU, por sus siglas en inglés) y problemas de conducta (CP)—plantea un desafío significativo para identificar déficits específicos de FE asociados a cada fenotipo. Los enfoques tr...
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La complejidad de las alteraciones en la función ejecutiva (FE) en jóvenes con fenotipos antisociales—especialmente aquellos con rasgos insensibles y poco emocionales (CU, por sus siglas en inglés) y problemas de conducta (CP)—plantea un desafío significativo para identificar déficits específicos de FE asociados a cada fenotipo. Los enfoques tradicionales suelen tener dificultades para distinguir estas alteraciones debido a la superposición sintomática y a limitaciones en la medición. Para superar estos obstáculos, el presente estudio adoptó dos estrategias clave:
(1) controlar el error de medición en la FE mediante un modelo latente y
(2) examinar propiedades funcionales cerebrales específicas que pueden explicar la variabilidad de la FE entre estos fenotipos.
Mediante un modelo de variable latente, se analizaron cuatro componentes clave de la FE: inhibición, cambio cognitivo (shifting), fluidez verbal y una FE común. Este enfoque permitió estimaciones más precisas al minimizar el error de medición. Además, se extrajo el índice de densidad de conexiones —una medida de qué tan interconectada está una red cerebral— basada en modelos cerebrales contemporáneos de la FE, y se evaluó su relación con el rendimiento ejecutivo en una muestra de 112 adolescentes de entre 13 y 17 años (42 % mujeres).
El análisis de rutas reveló hallazgos clave. En primer lugar, los rasgos CU se asociaron significativamente con un menor rendimiento en inhibición, lo que indica una vulnerabilidad específica en esta función ejecutiva. Curiosamente, aunque la densidad de la red de inhibición se asoció positivamente con el rendimiento en inhibición, esta relación fue más fuerte en jóvenes con altos niveles de CU y más débil en aquellos con altos niveles de CP. Esto sugiere que los jóvenes con CU requieren mayor esfuerzo neural para obtener un rendimiento similar, mientras que los jóvenes con CP muestran dificultades para activar los sistemas de control inhibitorio.
Además, el rendimiento en la FE común se explicó mejor mediante una interacción triple entre densidad de red, CP y rasgos CU, en las redes de inhibición y cambio cognitivo. Esto indica que los individuos con rasgos CU y CP coexistentes presentan perfiles únicos de conectividad cerebral que sustentan las funciones ejecutivas generales, distintos de aquellos con solo uno de los rasgos.
En resumen, este estudio destaca el valor de integrar modelos cognitivos latentes con medidas de conectividad cerebral funcional para desentrañar los mecanismos neuronales y cognitivos subyacentes a los fenotipos antisociales. Modelar la densidad de conexión entre redes cerebrales y sus interacciones con rasgos conductuales específicos nos acerca a una comprensión neurobiológicamente informada de las deficiencias en la FE en jóvenes con rasgos CU y CP. Estos hallazgos podrían allanar el camino hacia intervenciones más específicas y estrategias de tratamiento personalizadas para jóvenes en riesgo.
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