¡Las emociones importan! Dra. Pamela Parada

Artículo revisado por nuestra redacción
La inestabilidad emocional en personas con trastorno de la personalidad puede verse reflejada en las relaciones, la autoimagen o en las vivencias relacionadas con sentimientos de vacío crónico, comportamientos impulsivos y autodestructivos, tales como, autolesiones, consumo de sustancias, conductas sexuales de riesgo, ira inapropiada o problemas de alimentación, entre otros síntomas. Este funcionamiento es persistente y en cada caso puede mostrarse de manera heterogénea.
Las dificultades en la regulación de las emociones se han observado en diversos trastornos mentales, desde TEPT pasando por depresiones, abuso de sustancias, problemas de alimentación y, como es el caso, en los trastornos graves de la personalidad. Ciertamente, las dificultades para regular las emociones se ven reflejadas en la capacidad de influir sobre la experiencia emocional que están experimentando y la manera en la que las expresan, por lo que se ve mermada la capacidad de percibir, entender y aceptar experiencias emocionales negativas. El resultado es una peor capacidad para calibrar las emociones especialmente intensas, produciendo alteraciones comportamentales, así como evitación experiencial ante la presencia de emociones negativas.
Existen diferentes formas de déficit de regulación de las emociones. En primer lugar, déficit de activación, es decir la persona no activa las estrategias de regulación pese a tener un estado de disforia. Por ejemplo, las personas que experimentan estados
depresivos no pueden poner en marcha estrategias que les permitan “compensar” dicho estado anímico o volver a un estado eutímico.
En segundo lugar, puede existir una dificultad para regular las emociones por déficit de eficacia. En este sentido se emplean estrategias que no permitan alcanzar de manera suficiente la regulación de las emociones. Es por ello que, si no se produce un procesamiento adecuado de la experiencia relacional y emocional, los intentos por regular las emociones pueden terminar siendo inútiles.
En tercer lugar, existe la desregulación por empleo de estrategias disfuncionales. En consecuencia, ante emociones negativas ponen en marcha estrategias inadecuadas para encauzar las experiencias. En esta línea aparecen respuestas descontroladas, entre las cuales las estrategias más frecuentes van entorno al rechazo o evitación y como resultado se incrementa la intensidad de las emociones. En este sentido, la desregulación de las emociones pasa por las propias estrategias que se ponen en marcha para regular, tales como autolesiones, conductas relacionadas con el consumo de sustancias e incluso las vinculadas a problemas con la alimentación.
En el caso de los trastornos de la personalidad límite (TLP) las formas de desregulación emocional se pueden observar con gran intensificación y es, ciertamente, uno de los problemas de salud mental grave, altamente incapacitante y que requiere de investigaciones y equipos de intervención especializados dada la prevalencia y complejidad del mismo. Algunos investigadores proponen como elementos centrales de la desregulación emocional del TLP la vulnerabilidad y la alta sensibilidad al ambiente, mostrando una tasa de respuesta rápida, reacción de gran intensidad y un lento retorno a la calma, en contraste a las personas sin TLP.
Es frecuente observar en personas con diagnóstico de TLP altos niveles de alexitimia, lo que dificulta el acceso emocional.
También se aprecian dificultades en torno a la atención de las emociones, así como la aceptación de las emociones mostrando tendencias frenéticas de evitación experiencial, contribuyendo a síntomas de mayor intensidad e impulsividad, comprometiendo la capacidad reflexiva y como consecuencia la mentalización. Por todo lo anterior, se requiere que los profesionales puedan conocer diversas herramientas y perspectivas clínicas de intervención en el ámbito del trastorno grave de la personalidad.
Profundizaremos sobre esta problemática en las II Jornadas Europeas de Desregulación emocional y de conducta en pacientes graves que se celebrarán en Bilbao los días 3 y 4 de octubre de 2025. Tendremos la posibilidad de conocer diferentes maneras de abordar los problemas derivados de la desregulación grave, desde a la perspectiva de la psiquiatría, psicoterapia y familia. Finalizaremos estas jornadas con un taller desde la perspectiva de la terapia basada en la mentalización para pacientes con trastorno límite de la personalidad.
Más información en:
https://sites.google.com/view/jornadasdesregulacionemocional/inicio
Palabras clave: desregulación, psicoterapia