Relación entre los trastornos del sueño y la diabetes tipo 2 en pacientes adultos de 18 a 64 años de la Unidad de Medicina Familiar

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Autor/autores: Ignacio Rodríguez Pichardo, José Ángel Villatoro Rodríguez, Osiris Estefanía Rodríguez Sánchez...(et.al)
Artículo revisado por nuestra redacción
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica de alta prevalencia que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo y representa uno de los principales desafíos para la salud pública global. Aunque sus complicaciones clásicas —como las enfermedades cardiovasculares, la nefropatía diabética, la retinopatía y la neuropatía periférica— han sido ampliamente estudiadas, los trastornos del sueño asociados a esta condición han recibido menor atención, a pesar de su impacto clínico y su creciente reconocimiento en la literatura científica.
Numerosas investigaciones han identificado una alta incidencia de problemas de sueño entre las personas con diabetes tipo 2. Estas alteraciones incluyen insomnio, apnea obstructiva del sueño, somnolencia diurna excesiva, síndrome de piernas inquietas y sueño fragmentado, entre otros. Tales trastornos no solo deterioran la calidad de vida, sino que también tienen efectos negativos sobre el metabolismo glucémico, la resistencia a la insulina y la regulación hormonal, lo que complica el tratamiento de la enfermedad.
Existe una relación bidireccional entre el mal control glucémico y los trastornos del sueño: por un lado, la hiperglucemia puede causar poliuria nocturna, calambres, dolor neuropático y malestar general que interrumpen el descanso; por otro, la privación o baja calidad del sueño afecta la sensibilidad a la insulina, incrementa la producción de cortisol y favorece la ingesta calórica excesiva, dificultando así el control de la glucosa. Este círculo vicioso puede llevar a un deterioro progresivo tanto del estado metabólico como del bienestar emocional del paciente.
En este contexto, se vuelve fundamental adoptar un enfoque integral en el tratamiento de la diabetes tipo 2 que considere la evaluación y el manejo activo de los trastornos del sueño. Intervenciones como la educación en higiene del sueño, el tratamiento de la apnea con dispositivos CPAP, y la terapia cognitivo-conductual para el insomnio han demostrado ser eficaces para mejorar la calidad del sueño y, en consecuencia, favorecer el control glucémico.
En conclusión, mejorar el sueño de los pacientes con diabetes tipo 2 no solo repercute positivamente en su calidad de vida, sino que puede constituir una estrategia clave para optimizar el manejo clínico de la enfermedad. La integración de esta dimensión en la práctica médica habitual podría contribuir significativamente a reducir complicaciones y mejorar los resultados a largo plazo.
Resumen modificado por Cibermedicina
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Palabras clave: diabetes, trastornos del sueño, cuestionario de trastornos del sueño monterrey